Un abrazo me negaste
Luego de que me besaste
Tras regalarte una estrella
La que me parecía la más bella
Para mi dulce y hermosa doncella.
Pero…
Nunca fui dueño de nada para regalarte
Es más tu dejaste de ser mi doncella
Creo que solo fuiste un hermoso sueño
Y tus palabras, mi despertar…
Dejando caer mis lágrimas
Sobre estos grises poemas.
En esta tarde sin ocaso
En la que no comprendo aún lo que paso…
Recuerdo que caí… y desde allí te vi huir,
Fue demasiado pronto para morir…
Y hoy no encuentro razones para sonreír.
Esperaba tener sujeta tu espalda
Fuertemente con mis palmas;
Y que tus manos aprisionaran
Mi cuerpo al punto de asfixiarme…
Esperaba que me dijeras al oído
“No me iré por todo lo que hemos vivido”.
Esperaba tener sobre mi hombro tu rostro
Sentir de nuevo el dulce aroma de tu cabello
Sentir que aún me quieres
Y yo amarte cada día más
Por ser la persona más maravillosa entre todos los seres,
Y que sea mi hombro nuevamente el que pare tus lágrimas…
Tras todas las palabras aquí dichas.
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